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En ocasiones, ascender se convierte en un problema. A menudo conviene acudir al coaching laboral para poder afrontar este nuevo reto.

Resulta fundamental estar preparado, y no solo en términos profesionales, para asumir las nuevas responsabilidades y funciones. Ahora bien, ¿cómo podemos conseguirlo?

¿Qué implica un ascenso laboral?

Evidentemente, cada ascenso profesional es, de entrada, una buena noticia. Todos deseamos progresar y nos sentimos valorados cuando alguien piensa en nosotros para desarrollar responsabilidades superiores. De forma adicional, este éxito profesional suele venir acompañado de una mejora económica. ¡Todos queremos ganar más dinero!

Sin embargo, la realidad establece que no todos los ascensos se viven de modo positivo. Para empezar, implican siempre abandonar una zona de confort. El cambio implica nuevas exigencias, las circunstancias cambian, las exigencias también. Así, hemos de convivir con nuevas realidades para las que:

  1. Podemos o no estar preparados.
  2. Debemos adaptarnos.

Por otra parte, la relación con el entorno laboral también se transmanera. Quizás surjan envidias, incomprensiones o rechazos. O, tal vez, el equipo de trabajo anterior se puede ver alterado y tendremos que adaptarnos a nuevos colaboradores, superiores… y subordinados.

Ejercer un puesto de autoridad, además, requiere nuevas habilidades, tanto técnicas como humanas.

Y la exigencia crece, en paralelo a la responsabilidad. En muchos casos, el control sobre los resultados del trabajo efectuado se incrementa, lo que suele generar dificultades y estrés adicionales.

Por último, la falta de preparación, de autoconfianza o de ambas cosas puede actuar como un auténtico lastre para el desempeño satisfactorio del trabajo.

Aspectos clave para poder asumir esta nueva situación

Incluso en el mejor de los casos, cuando el protagonista estaba buscando activamente esa progresión profesional, hay que adaptarse a la nueva situación. Esto implica establecer una estrategia personal renovada, reorientada a la nueva situación. No es extraño, por ello, que el coaching para profesionales se convierta en una herramienta tan valiosa para afrontar con éxito este cambio.

¿Qué necesitamos para adecuarnos y crecer tras un ascenso? Evidentemente, contar con la preparación técnica y la cualificación específica necesarias. Si carecemos de ellas, tendremos que formarnos en esas ramas o rodearnos de las personas capaces de suplir dichas carencias.

Pero siendo esto importantísimo, todavía lo es más el desarrollo de algunas soft skills o habilidades blandas que, en este caso, resultan determinantes:

  1. Humildad. Es imprescindible asumir nuestra inexperiencia en el nuevo puesto y actuar en consecuencia. Esto no significa desconfiar de nosotros mismos, pero sí escuchar a los demás y dejarnos ayudar por el entorno.

  2. Paciencia. Los errores nos ayudan a mejorar, si bien es necesario aprender a convivir con ellos y tomarnos la realidad con calma.

  3. Comunicación. Aspectos como la empatía, la capacidad para poner en común las ideas y los sentimientos propios y la amplitud de miras serán determinantes.

  4. Implicación. En estas circunstancias, querer hacerlo bien y trabajar para ello con constancia, criterio y determinación son atributos esenciales para el éxito profesional.

La conclusión es clara: Necesitamos resetearnos para seguir triunfando tras un ascenso profesional. El coaching laboral es una buena ayuda para desarrollar cualidades como la paciencia, la comunicación, la implicación o la humildad, imprescindibles en estas circunstancias. ¡Contáctame si te encuentras en esta situación! La primera sesión es completamente gratuita. 

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