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Sindrome del impostor causas y soluciones

El síndrome del impostor es uno de los mayores obstáculos que podemos ponernos a nosotros mismos en nuestro camino hacia lo que nos hayamos propuesto.

Da igual que pensemos en el éxito profesional, en un objetivo personal o en cualquier otra cosa. Este síndrome puede asaltarnos y echar por tierra todo nuestro trabajo. 

¿En qué consiste el síndrome del impostor?

Se trata de un pequeño trastorno psicológico en el cual no nos hacemos responsables ni merecedores de nuestros éxitos. Es algo que puede sucederle a cualquiera, aunque algunas estadísticas lo relacionan más con las mujeres.

En cualquier caso, es algo que entorpece, ya que puede equiparar el éxito o los triunfos al sufrimiento. Muchas veces tiene una cierta relación con el perfeccionismo, pero no siempre tiene por qué ser así.

En cualquier caso se trata de un freno. Y es que, si cada vez que nos proponemos algo y lo conseguimos terminamos por pensar que se ha tratado de un fraude y que no lo merecíamos, obviamente llegará un momento en el que dejaremos de intentarlo con las mismas ganas y eficacia. De ahí que sea tan importante saber cómo gestionar esa emoción y corregirla adecuadamente.

Consejos útiles para gestionarlo

Puede estar provocado por diferentes causas. Desde dinámicas familiares tóxicas en las que nuestro valor y éxito no se valoraba hasta las autoexigencias que muchas veces nos situamos. Vamos a ver algunas maneras desde las que, como coach, ayudo a la gente a superar este tipo de miedos o problemas.

1. Convertir el éxito en una sensación agradable

Muchas veces el triunfo se considera como algo épico, envuelto en un aura casi de magia o de divinidad. Pero no tiene por qué ser para tanto. Tal vez nuestros objetivos sean humildes e igual de respetables. Tenemos que empezar a asociar el éxito en nuestra vida con lo agradable. Y eso podemos empezar a conseguirlo a través del cumplimiento de pequeños objetivos diarios. Ofreciendo aquí una recompensa podemos reconfigurar un poco nuestro cerebro para que perciba todo de otra manera.

2. Aceptando los errores e imperfecciones

A veces este síndrome viene del perfeccionismo o de la autoexigencia interna en la que nos encontramos. Por eso, aceptando que no somos seres perfectos y que no debemos serlo, podremos gestionar mejor la frustración de fracasar y las complicadas emociones que nos despierta acertar.

3. Eliminar las barreras sociales que nos impiden crecer

A veces puede ser una cuestión de vergüenza social por el sueldo lo que nos aleja de nuestra carrera profesional. La sociedad muchas veces envía mensajes diciendo para qué valemos y para qué no. Y estos pueden minar nuestra autoestima. Por eso, se vuelve necesario reinterpretarlos.

En definitiva, el síndrome del impostor es uno de los principales obstáculos para el éxito personal o laboral. Y gracias al coaching profesional, ahora puedes aprender a gestionarlo mejor. Por eso, te animo a contactarme, sin ningún tipo de compromiso. ¡La primera sesión es gratuita!

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