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Las reacciones emocionales forman parte sustancial de la vida porque aparecen como respuesta espontánea ante estímulos que no podemos controlar. Aprender a identificar y a gestionar las emociones tiene efectos muy positivos, y el coaching sistémico proporciona herramientas valiosas para conseguirlo.

¿Por qué es importante gestionar las emociones?

Las respuestas fisiológicas y psíquicas que componen las emociones son naturales. Sin embargo, permitir que se desarrollen sin límites genera conflictos con el entorno y con nosotros mismos.

No podemos controlar los estímulos, pero sí aprender a manejar las reacciones que generan. Las emociones en sí mismas no son buenas ni malas: es lo que hacemos con ellas lo que las califica.

La gestión de las emociones se basa en tener conciencia de que están ahí, identificarlas y dirigir su energía de una manera constructiva. Es un ejercicio continuo que nos ayuda a aprender de los errores, y en el que una asesoría externa marca la diferencia.

Beneficios del equilibrio emocional

Las relaciones con las personas de nuestro entorno familiar, social o laboral pueden ser más fluidas. Así, inciden positivamente en un alto nivel de bienestar.

Expresar adecuadamente nuestras opiniones y sentimientos nos resguarda de decir o hacer cosas de las que después nos arrepentiremos. El equilibrio emocional es necesario para que nuestras decisiones y actividades sean más productivas, sin distracciones estériles.

Coaching emocional, la solución a este problema

Este conjunto de técnicas nos permite alcanzar un liderazgo interior en el que somos responsables de nuestras emociones. Las metas del coaching personal son coger las riendas de nuestras vidas y emprender un camino de autocontrol y superación.

Es muy recomendable para quienes no tienen sus objetivos claros o sienten que un cambio podría liberarlos de obstáculos y bloqueos. Desarrollar habilidades para conseguir una buena gestión de las emociones, además, incide positivamente en varios aspectos.

Evitar conflictos innecesarios

Una de las destrezas que se puede aprender es detectar a tiempo los potenciales conflictos para soslayarlos. La inmensa mayoría de las discusiones no merecen la pena, y hay que saber distinguirlas.

Priorizar las metas

Establecer y alcanzar objetivos a largo plazo es un camino del que no debemos desviarnos. La inseguridad, las distracciones, ceder ante las tentaciones o los impulsos son situaciones posibles de superar.

Transformar la decepción

Nadie está libre del fracaso, pero esta energía negativa es susceptible de transformarse en un motor para la autosuperación. Para conseguirlo, es necesario motivarse, adoptar una visión distinta y replantear los objetivos.

Una imagen real

Los comportamientos artificiales, dirigidos a impresionar favorablemente para ser aceptados, consumen mucha energía y pueden fallar. Al construir relaciones personales más sanas, francas y fluidas, podemos desenvolvernos de una forma más relajada y espontánea, comunicando lo que verdaderamente somos.

Más empatía

Todos queremos ser comprendidos, pero pocas veces nos detenemos a pensar si estamos teniendo empatía con los demás. Si conocemos los mecanismos involucrados en nuestras emociones y comportamientos, podremos entender los ajenos para encontrar áreas de consenso y construir acuerdos.

Gestionar las emociones es posible con las herramientas que proporcionamos en nuestro coaching personal. Ponte en contacto conmigo si crees que puedo acompañarte a conseguir tus metas.

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