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coaching sistémico: ¿cuál es la clave de su efectividad?

¿Quién no ha pasado alguna vez por situaciones que no ha llegado a comprender del todo? Circunstancias que nos debilitan, nos imposibilitan o nos exceden.

Para deshacer los nudos que nos provocan, podemos someternos a un tipo de coaching que nos permitirá ampliar nuestra perspectiva y nos ayudará a dar con la tecla deseada para encontrar las mejores soluciones.

Qué es el coaching sistémico

Con el coaching sistémico nos referimos a un proceso de acompañamiento a través del cual abordamos los asuntos que nos bloquean desde un enfoque que tiene en cuenta nuestro punto de vista individual pero también los de otras personas o grupos de personas que nos influyen.

Gracias a ello, tenemos la oportunidad de acceder a la información adyacente que nos explica el porqué que, a simple vista, no está a nuestro alcance. Debemos tener en cuenta que las personas no vivimos en aislamiento, sino que formamos parte de sistemas con los que nos relacionamos (familia, empresa, grupo de amigos…).

En ellos ocupamos un lugar determinado y desempeñamos un rol, formando parte de un conjunto de elementos ligados entre sí en pos de un objetivo común. Cada movimiento o acción de cualquiera de esos elementos repercute, por tanto, en todo el sistema.

Puede llegar a generar reacciones de todo tipo en los demás, ya sean emocionales, racionales, conscientes o inconscientes. De este modo, tras unas sesiones de coaching, podemos obtener las herramientas necesarias para entender dichas reacciones generadas por la acción o la omisión de terceros.

Cuáles son los beneficios de este tipo de coaching

El coaching afrontado desde un enfoque sistémico se apoya en principios que facilitan que las relaciones fluyan de forma más eficiente. Las dinámicas que ponemos en marcha sirven para explorar posibles salidas que nos aporten fuerza, bienestar y seguridad. No solamente en el plano individual, sino también al conjunto o sistema.

Esta metodología es particularmente eficaz para acometer asuntos relacionados con el desarrollo del potencial de personas y organizaciones, procesos de cambio o transformación, reorganizaciones, conflictos, crisis, bloqueos, cambios de rumbo, etcétera.

También, para alinear individuos e instituciones en objetivos y valores comunes, lo que nos puede dar la llave para alcanzar el éxito profesional. Asimismo, el coaching sistémico nos puede aclarar las ideas a la hora de tomar decisiones en las que intervengan estos factores externos.

A veces es necesario aclarar las ideas para poder encontrar nuestra verdadera vocación. Otras nos enfrentamos a un conflicto laboral en el seno de nuestra empresa que no sabemos cómo resolver. Pues bien, este asesoramiento contribuye a hallar remedios rápidos y sencillos ante situaciones verdaderamente complejas.

Además, nos ayuda a encontrar las causas y nos plantea distintas alternativas de actuación. De esta forma, se ve reforzada la comunicación, en el ámbito grupal, y nuestro liderazgo y autoconfianza, en el plano de lo individual. El coaching sistémico refuerza el orden y equilibrio y la sensación de pertenencia.

En definitiva, este tipo de coaching es una ayuda a obtener una perspectiva distanciada de los conflictos y a identificar patrones de conducta ocultos tras la actividad cotidiana.

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