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El síndrome de burnout, o de trabajador quemado, es muy frecuente en las empresas de medio mundo. Es detectado por jefes y trabajadores por los problemas que genera en uno o varios empleados, incrementándose las discusiones o reduciéndose la productividad. ¿Qué debemos saber sobre el síndrome?

¿Qué es el síndrome del trabajador quemado y cuáles son sus síntomas?

El síndrome del trabajador quemado se puede definir como el estrés laboral cronificado que da lugar a una sensación de intenso agotamiento laboral. De hecho, diferentes sindicatos han planteado que sea considerado como enfermedad profesional.

Sus síntomas son claros, detectándose incluso rápidamente por el resto de empleados: agotamiento mental y físico, alteraciones de la personalidad, irritaciones con el resto del personal de la empresa y una baja autoestima del empleado.

Agotamiento físico y mental

El empleado puede llegar a sufrir una pérdida fuerte de energía en dos niveles de salud: físicamente, con aumento de peso o fatiga crónica, además de dolores de cabeza o problemas gastrointestinales y, por otro lado, en señales de agotamiento mental con ansiedad y estrés.

Despersonalización

Si algo es visible es el cinismo por parte de la persona que sufre el síndrome en cuestión. Este puede llegar a adoptar indiferencia con respecto a los problemas de la empresa y sus compañeros, además del trabajo realizado, siendo destacada la irritabilidad y la aparición de discusiones tanto dentro de la empresa como fuera de ella (amigos, pareja, familia, etc.).

Descenso de la productividad

Todo este cóctel mencionado provoca un descenso de la productividad del trabajador. Es aquí donde son patentes la frustración y ausencia de autoestima laboral. Un círculo del que es complicado salir si no se cuenta con un coaching profesional.

¿Cómo podemos gestionar el burnout?

Ante diferentes riesgos psicosociales en el puesto de trabajo, las organizaciones, en primer lugar, deben trabajar para prevenir este síndrome, el cual puede afectar de manera grave al trabajador. Si la compañía es consciente de lo que pasa, deberá realizar un análisis de la situación, observando las tareas que pueden estresar o generar ansiedad en el puesto de trabajo. Se deben potenciar, así, herramientas y mejorar la organización para que el trabajo se realice de manera adecuada.

Asimismo, las sesiones de coaching profesional para los trabajadores son la mejor inversión. Por un lado, los trabajadores pueden llegar a modificar las expectativas que tienen en el trabajo sin que estos renuncien a sus aspiraciones. Simplemente, deben ver la situación desde un punto nuevo, desde una visión más ajustada a la realidad.

Por supuesto, más allá de la prevención, debemos tener en cuenta que existen tratamientos para hacer frente a este síndrome. Desde el tratamiento psicológico hasta los cambios en la empresa, podemos reducir el estrés aprendiendo a gestionarlo; también podemos mejorar la autoestima; trabajar la resiliencia y, además, adquirir hábitos saludables que reduzcan el impacto del problema en la salud mental y física del trabajador.

Si crees que te encuentras en esta situación, puedo ayudarte a hacerle frente. Ser consciente de ello es un primer paso muy importante, haz el segundo contactando conmigo, ¡me encantará hablar contigo!

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