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Los talleres de constelaciones grupales constituyen una radiografía emocional de una situación familiar que sirve para que evolucionemos. Se trabajan en sesiones donde el terapeuta parte de dos preguntas:
- ¿Cuál es la dificultad o el conflicto que queremos trabajar?
- ¿Cuál es nuestro objetivo de cambio?
Este método bebe del coaching sistémico, cuya premisa radica en que una persona, una empresa o un equipo son sistemas o conjuntos de elementos relacionados entre sí para alcanzar un objetivo común.
Taller de constelaciones grupales
Muchos de los bloqueos que experimenta una persona a lo largo de su vida provienen de situaciones transmitidas de manera transgeneracional. A través de la constelación familiar, esto se hace visible. Es como si situásemos un foco en la familia. Cada uno de sus miembros está dirigido por una conciencia común que se enraíza en una profunda lealtad.
Con este sustento, las constelaciones grupales ayudan a la persona que las recibe a:
- Sanar el vínculo con las personas que amamos para que la relación que se ha visto bloqueada fluya.
- Dejar de repetir patrones familiares que nos alejan de aquello que queremos, para que podamos alcanzarlo con optimismo y vitalidad.
- Mayor comprensión y aceptación de la realidad, lo cual conduce a sentir paz con uno mismo.
- Beneficiarnos de los recursos y fuerzas disponibles en nuestro sistema familiar.
En qué radica el éxito de estos talleres
En este contexto, entran en escena la vocación y el éxito profesional. Este último guarda una vinculación estrecha con la relación que tenemos con nuestra madre, ya que es ella quien da la vida. Por ello, quienes cosechan buenos frutos profesionales están al servicio de la vida, según refiere Bert Hellinger, padre de las constelaciones familiares.
Para constelar necesitamos varios agentes al servicio de la persona que recibe la constelación. Una vez clarificados el conflicto y el objetivo que tiene entre manos quien va a recibir la sesión, se le propone que elija a los representantes que se han ofrecido para ello. Cada uno de ellos representa a los miembros de su propio sistema que tienen relación con la mencionada dificultad o conflicto.
Cuando hay fricciones con nuestra madre, los representantes lo harán ver a través de sus movimientos, que provienen de diferentes energías o intuiciones que les llegan. En el momento en que se está bien con la figura materna, decimos sí a la vida.
Por su parte, la relación con el padre se erige en adalid de la fuerza y la disciplina. La figura paterna se traduce en la capacidad que el ser humano tiene para mantener su estatus e incluso mejorarlo y seguir ascendiendo.
Así, se perfila el éxito de estos talleres de constelaciones grupales, cuya misión pasa por sanar los vínculos, dejar de reiterar patrones familiares, aceptar lo que viene y beneficiarnos de las fuerzas existentes en nuestro círculo familiar. El coaching es una excelente herramienta cuando se combina con las constelaciones familiares, ya que estas alumbran dificultades y conflictos que frenan el tránsito exitoso y satisfactorio por nuestro camino vital en general y profesional en particular.