Los talleres de constelaciones grupales constituyen una radiografía emocional de una situación familiar que sirve…
Hará cosa de unos meses, se estrenó en Netflix la serie Mi otra yo, un título que no ha dejado indiferente a nadie. En esta ocasión, la plataforma ha decidido tocar un tema que profundiza en la psicología. Nos referimos a las constelaciones familiares sistémicas grupales, una cuestión que trato de aclarar en este artículo.
Una serie para reflexionar sobre la vida
Las series turcas han alcanzado una gran popularidad en los últimos años. Precisamente, una de ellas es Mi otra yo, en la que se trata un tema que forma parte del coaching sistémico. Desde una perspectiva muy personal y emotiva, se vinculan las historias de tres chicas con sus antecedentes familiares.
Durante ocho capítulos, se van desgranando los detalles que permiten a Leyla, Ada y Segvi conocerse a sí mismas. Mediante conversaciones con un terapeuta, logran descubrir cómo sus pasados influyen en su presente. Dicho de otro modo, cómo sus enfermedades y cuestiones personales tienen su origen en las generaciones anteriores.
Una de las cuestiones mejor tratadas en la serie, sin duda, son las diferentes reacciones que pueden expresar los pacientes. Estas pueden ir desde el completo escepticismo hasta la aceptación de la situación. El resultado es un abanico de personalidades que da lugar a una terapia piscológica con enfoques diferentes.
¿Qué son las constelaciones familiares sistémicas grupales y cómo nos pueden ayudar?
Las constelaciones familiares podrían definirse como el impacto que nuestros antepasados pueden tener en nuestra vida actual. Es decir, abarcan todos los problemas y situaciones que, al no tratarse, pueden afectarnos física o mentalmente. En la actualidad, una de las entidades de referencia en este ámbito es el Centro Latinoamericano de Constelaciones Familiares.
Durante los últimos años, esta realidad ha cobrado un gran impulso. En consecuencia, numerosos psicólogos incluyen su análisis en las terapias de superación personal. Igualmente, están vinculadas a la forma en la que enfrentamos la vida cotidiana e, incluso, a las circunstancias que podemos atravesar durante nuestro desarrollo.
Pero, ¿cómo nos puede ayudar detectarlas, conocerlas y trabajarlas? La clave está en conectar la dimensión física con la espiritual, es decir, entender por qué suceden cosas en nuestro cuerpo. El estrés, que puede heredarse durante las primeras etapas de crecimiento, puede ocasionar dolores y molestias.
Habitualmente, el anterior es uno de los ejemplos más expuestos en el ámbito del coaching y la psicología. Sin embargo, tampoco podemos ignorar la influencia de la ansiedad o la predisposición a sufrir depresiones. Por tanto, las constelaciones familiares nos pueden ayudar a anticiparnos a las condiciones que se puedan presentar.
Por otro lado, es vital reflexionar acerca del porqué de lo que nos sucede. Igualmente, pueden ser fundamentales para plantear un enfoque terapéutico a medida que tenga por objetivo la prevención. Esta, como es lógico, es mucho más eficaz que la solución de las consecuencias provocadas por una enfermedad o dolencia.
Como ha podido demostrarte, las constelaciones familiares sistémicas grupales conforman un planteamiento que invita a la reflexión. Descubrir de qué manera nos pueden afectar y cuáles podemos presentar puede ser relevante para alcanzar el bienestar. Te invito a contactar conmigo si quieres constelar grupalmente para afrontar o tratar de resolver cualquier situación que te esté provocando malestar.