Skip to content
objetivos personales

Los últimos días del año nos planteamos nuevos objetivos personales, metas y propósitos que estamos convencidos de poder conseguir. Es un proceso que se repite y, pese a la buena voluntad inicial, solemos sucumbir pronto en el intento y terminamos abandonando. 

¿Por qué se produce esta realidad año tras año y qué podemos hacer para llevar a buen puerto esas promesas?

¿Por qué y cómo fijar objetivos productivos?

Uno de los antagonistas del cumplimiento de promesas de fin de año es la procrastinación. Consiste en posponer las acciones que en algún momento nos hemos planteado. Es un rasgo humano bastante extendido que queda en evidencia cuando nos planteamos con honestidad preguntas de este tipo:

  • ¿Estoy decidido a hacerlo o conseguirlo?
  • ¿Quiero de verdad, con todas las consecuencias, o solamente me gustaría o me apetece?
  • ¿Estoy dispuesto a hacer el esfuerzo que conlleva?
  • ¿Por qué y para qué me he planteado esta meta?

La fuerza de voluntad, la perseverancia, la constancia y la determinación son valores imprescindibles para hacer realidad cualquier propósito. Sin ellos, alcanzar el objetivo resultará una consecuencia del azar. Siendo consecuentes, aplicando el sentido común, estos atributos no van a aparecer en nosotros por arte de magia en fin de año, solo porque hemos decidido marcarnos un reto.

Con todo, resulta regenerador decidir mejorar. Desde luego, establecer metas positivas es un ejercicio saludable. Y el cambio de año es un momento excelente para formularlas. Sobre todo, si antes hemos hecho un balance realista de la situación y hemos practicado la gratitud hacia lo vivido.

Claves para establecer objetivos alcanzables 

El arte de alcanzar propósitos depende, en gran medida, de cómo los planteamos. Por ello, el punto de partida es difundir cómo deben ser nuestros objetivos para tener la oportunidad de conquistarlos.

Siempre han de cumplir estas características:

  • Ser realistas. Los objetivos deben ser realistas con respecto a las posibilidades, los recursos y el tiempo con que cuenta cada persona. Si no están en nuestra mano, hay que reformularlos.
  • Ser específicos. Lo concreto es más motivador, certero y alcanzable. Perder peso es demasiado genérico; desayunar fruta en vez de bollería, es una meta más concreta y evaluable.
  • Proceder de la experiencia. Los logros y los fracasos anteriores deben servirnos para mejorar la formulación y la identificación de nuestros propósitos. 
  • Ser positivos. El enfoque motivacional exige mensajes positivos. La creatividad, la determinación y la fuerza de voluntad se activan más de esta manera. Así, es mejor decidir ir a correr tres días por semana que, simplemente, abandonar la vida sedentaria.
  • Ser automotivados. Si no nacen de nosotros, tiraremos la toalla pronto. Hemos de elaborarlos y obtenerlos desde lo más interno y personal de nosotros. Deben sustentarse, siempre, en una motivación, necesidad, expectativa o anhelo genuinamente propio. 

Consejos prácticos para marcar objetivos personales realistas con la ayuda del coaching sistémico

Un buen proceso de coaching sistémico mejora el rendimiento al perseguir nuevos propósitos. Su principal virtud es replantear la realidad con una visión menos limitada y, por ello, más certera. 

Estas recomendaciones favorecen el cumplimiento de las promesas de fin de año y, en general, promueve una mayor calidad vital:

  • Escogercun buen coach sistémico, especializado, cualificado y confiable.
  • Aprovechar su apoyo para definir objetivos realistas y personalizados.
  • Abordar los bloqueos para empezar a liderar nuestra propia vida.
  • Aprender a gestionar las propias emociones de manera más consciente.
  • Trabajar en nuestras herramientas relacionales.

Si sientes que es el momento de cambiar el rumbo de tu vida aprovechando el inicio de un nuevo año, puedo ayudarte a definir y alcanzar nuevos objetivos personales. Ponte en contacto conmigo y valoraemos conjuntamente cuál es tu punto de partida, ¡estaré encantado de hablar contigo!

Volver arriba